En virtud de la Ley Federal de Aire Limpio (CAA) (42 U.S.C. § 7401-7671q), la Agencia de Protección del Medio Ambiente de los Estados Unidos (USEPA) ha establecido normas nacionales de calidad del aire ambiente (NAAQS) para seis contaminantes criterio: monóxido de carbono (CO), dióxido de azufre (SO2), dióxido de nitrógeno (NO2), partículas (PM10 y PM2,5), ozono y plomo. No existen normas federales para las emisiones de GEI relacionadas con la aviación. La calidad del aire y las emisiones asociadas a las operaciones de las aeronaves, en concreto el plomo, fueron objeto de comentarios preocupantes tanto por parte de la CAC como de la comunidad.

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El plomo es un veneno perjudicial para la salud humana. No existe un nivel seguro de plomo en la sangre. La exposición al plomo está asociada a daños en los sistemas nervioso, cardiovascular, inmunitario y reproductor. La exposición al plomo puede causar anemia, hipertensión, un mayor riesgo de cáncer y, a niveles elevados, la muerte. Los niños son especialmente susceptibles a los daños derivados de la exposición a niveles bajos de plomo, que puede afectar al crecimiento y causar problemas de comportamiento y déficits de aprendizaje. Hay pruebas de que muchos de los efectos adversos del plomo en los niños son irreversibles. El plomo se eliminó progresivamente de los combustibles de automoción en la década de 1970, pero sigue utilizándose en la gasolina de aviación principalmente para cumplir los requisitos de mayor octanaje y evitar averías en los motores de pistón.

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Se calcula que la combustión de gasolina de aviación con plomo es responsable del 70% de las emisiones de plomo en el aire en los EE.UU. Se calcula que hay 170.000 aviones con motor de pistón en todo el país, que operan en unos 13.117 aeropuertos. La Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE.UU. (EPA) estimó en 2020 que aproximadamente 5,2 millones de personas viven en un bloque censal que se cruza con un amortiguador de 500 metros alrededor de una pista de aterrizaje de un aeropuerto o un amortiguador de 50 metros alrededor de un helipuerto. De esas personas, 363.000 son niños menores de 5 años. Además, se calcula que cerca de una pista de aterrizaje o de un helipuerto hay 573 escuelas públicas y privadas en las que estudian unos 163.000 alumnos de los grados K al 12.

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Mientras la Administración Federal de Aviación (FAA) y los sectores de la aviación y la energía se esfuerzan por lograr la transición de los aviones con motores de pistón al combustible sin plomo, principalmente a través de la iniciativa Eliminación de las emisiones de plomo de la gasolina de aviación (EAGLE), de reciente creación, la EPA propuso el 7 de octubre de 2022[1] una constatación de peligro que, de adoptarse, determinaría que las emisiones de plomo de los aviones que funcionan con combustible con plomo causan o contribuyen a una contaminación atmosférica que puede preverse razonablemente que ponga en peligro la salud y el bienestar públicos. Esta determinación de peligro es un paso fundamental que permitirá a la EPA y a la FAA regular y, en última instancia, eliminar el uso de gasolina de aviación con plomo. Cuenta con el apoyo de la FAA, la industria de la aviación y diversas organizaciones y entidades públicas.

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El 10 de enero de 2023, la Junta de Supervisores del Condado de Los Ángeles aprobó una moción para proteger la salud pública apoyando la regulación propuesta por la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos sobre la gasolina de aviación con plomo.

Los gases de efecto invernadero (GEI) atrapan el calor en la atmósfera terrestre. Los principales GEI son el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4), el óxido nitroso (N2O) y los gases fluorados (por ejemplo, los hidrofluorocarbonos (HFC), los perfluorocarbonos (PFC), el hexafluoruro de azufre (SF6) y el trifluoruro de nitrógeno (NF3)).

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En 2009, la USEPA concluyó que las concentraciones actuales y previstas de los seis principales GEI -CO2, CH4, N2O, HFC, PFC y SF6[2 ]- en la atmósfera amenazan la salud pública y el bienestar de las generaciones actuales y futuras, y que la combustión de combustibles fósiles contribuye al aumento de CO2 y otros GEI en la atmósfera[3].

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Las fuentes habituales de emisiones en un aeropuerto de aviación general incluyen aeronaves, equipos de apoyo alimentados por combustible fósil, diésel o híbrido, camiones, otros vehículos y generadores de emergencia. Según la mayoría de los estudios internacionales, las emisiones de la aviación representan un porcentaje pequeño pero potencialmente importante de los gases de efecto invernadero de origen humano y otras emisiones que contribuyen al calentamiento global. En cuanto a la contribución relativa de EE.UU., la Oficina General de Contabilidad de EE.UU. (GAO) informa de que la aviación representa "alrededor del tres por ciento del total de emisiones de gases de efecto invernadero de origen humano en EE.UU." en comparación con otras fuentes industriales, incluido el resto de la sección de transporte (29 por ciento) y la industria (22 por ciento)[4] Utilizando supuestos estándar de la industria, se modelizó el funcionamiento del aeropuerto Whiteman en 2021 y se obtuvo un total de 2.275 toneladas cortas de dióxido de carbono (CO2) producidas.

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Al conocer las fuentes de emisión del aeropuerto (es decir, qué aeronaves tienen allí su base, el número de operaciones de las aeronaves, el abastecimiento de combustible, los generadores, etc.), se colocaron monitores de calidad del aire en tres lugares dentro de los límites del aeropuerto para captar las lecturas más precisas posibles de las emisiones, así como para garantizar la continuidad y seguridad de los propios monitores. El muestreo incluyó mediciones pasivas y muestras promediadas en el tiempo que contenían partículas 10 (PM 10), TO-13A, TO-11A y compuestos orgánicos volátiles (COV). También se analizaron las muestras de PM10 y se comprobó que contenían metales selectos, incluido el plomo, mediante espectroscopia de rayos X.

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En enero de 2015, la EPA estadounidense publicó un estudio[5] titulado "Monitorización del plomo en aeropuertos" en el que se ofrecían datos de concentración de plomo medidos en 17 aeropuertos de Estados Unidos, incluido el cercano aeropuerto de Van Nuys. El plomo medido, que se promedió a lo largo de un año en el estudio, oscilaba entre 0,01 y 0,33 µg/m3 y el Aeropuerto Van Nuys informó de 0,06 µg/m3. Las muestras estudiadas del aeropuerto Whiteman oscilan entre 0,021 y 0,06 µg/m3 de plomo.

Cabe señalar que el modelo sólo tuvo en cuenta las operaciones aeroportuarias. Los monitores de calidad del aire se colocaron para captar lo mejor posible las lecturas de las emisiones de los aviones, pero no eliminan las emisiones de otras fuentes.

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Puede leer el resumen del estudio sobre la calidad del aire aquí.

[1] Normativa sobre emisiones de plomo de los aviones | US EPA

[2 ] Varias clases de sustancias halogenadas que contienen flúor, cloro o bromo también son gases de efecto invernadero, pero, en su mayor parte, son únicamente producto de actividades industriales.

[3] Conclusiones sobre la puesta en peligro y la causa o contribución de los gases de efecto invernadero en virtud de la Ley del Aire Limpio, 74 Fed Reg. 66495 et seq. (2009)

[4] USEPA, Inventory of U.S. Greenhouse Gas Emissions and Sinks, 1990-2017, 11 de abril de 2019.

[5] USEPA, Airport Lead Monitoring, enero de 2015, 18 de enero de 2023.